¿Qué pasaría si dejas Internet por un año?
Una de las grandes preguntas que campea por doquier es si esta Red de redes es un puente a nuevas formas del conocimiento… o un gran hoyo negro en donde todos hemos llegado a perder el tiempo.
Hay escuelas que se contraponen duramente en este sentido: mientras algunos aseguran que la web ha llegado para revolucionar no sólo la forma en que transmitimos contenidos, sino la forma en que nos relacionamos con otros seres humanos y con el tiempo.
Los que no creen que las cosas sean así, denuncian que la Red es una impostación, que fragmenta nuestra forma de pensar, impide la concentración en el grado necesario para pensar, reflexionar y crear soluciones viables para problemas verdaderas.
Dejar el Internet por un año
¿Quién tiene la razón? ¿Es Internet enemigo de nuestro espíritu emprendedor?
¿Qué pasaría si dejásemos Internet por un año? ¿Serían más las ganancias que las pérdidas?
Paul Miller decidió probar el punto, y en 2012, decidió abandonar la vida digital. Diseñador web y escritor para medios de tecnología, decidió desconectarse por completo de Internet. El diario sonre tecnología The Verge lo invitó a compartir su experiencia era que Paul no podría usar la red ni siquiera para ganarse la vida.
¿Qué fue lo que ocurrió?
Paul describe así su experiencia: “Pensé que tal vez Internet era un estado contranatural para los humanos, o al menos para mí […]. Dejé de reconocerme a mí mismo más allá de un contexto de ubicua conexión e infinita información. Me preguntaba qué más había en la vida. Quizá la ‘vida real’ estaba esperando para mí al otro lado del navegador.”
¿Qué fue lo que pasó tras 12 meses de dejar Internet?
Al principio, Paul bajó de peso, escribió medio libro, leía mucho, retomó la actividad física. Mejoró su capacidad de concentración, cosechó mejore relaciones…
Sin embargo, a finales de los 12 meses, estaba aburrido, dedicó las horas que pasaba en Internet a otras adicciones, y la pasividad lo llevó al aislamiento social.
¿Cuál es la conclusión del experimento? Quizá la encontremos en Google. Mientras tanto, sigamos con el romance por Internet.